FUTBOL ESPRESS desde La Plata /Argentina Gonzalo Rossi para FMFUTBOL.COM
En forma exclusiva, el ex defensor Alberto Manuel Bustingorria, se hizo un tiempo para dialogar con nosotros. Sobre sus comienzos en el fútbol, recordó: “Mis comienzos arrancan cuando tenía doce o trece años, jugando para un equipo perteneciente a la Liga Santafesina, llamado Ferro Carril Santa Fe. Luego, teniendo 16, me fui a probar a Colon, donde después de algunas prácticas, pude quedar”.
Además, contó: “De pequeño, al ser muy hincha de Colón, mis ídolos por lo general eran futbolistas del Sabalero. Pero en mi puesto, marcador de punta, unos de los de los que más destacaba eran Edgar Fernández y el Chivo Pavoni”. También, reconoció: “Para mí, estar presente en un clásico santafesino es lo máximo que te puede suceder. Es un acontecimiento inexplicable”.
Sobre el debut en Primera, dijo: “Debuté en un partido amistoso, enfrentando a Belgrano en Córdoba, teniendo de entrenador al Gitano Juárez”. Asimismo, expresó cuando estuvo cerca de firmar en San Lorenzo de Almagro y su posterior arribo a Deportivo Morón: “En el 83, me quería San Lorenzo. Pero mi llegada al Ciclón no se dio porque el club pidió demasiado y por eso, a Boedo terminó yendo Rabina. Mientras tanto, yo me quede otra temporada más en el Sabalero. Posteriormente, viaje a Buenos Aires, más precisamente a Morón a través de un intermediario, llamado Ángel Espiño. Luego, tuve una reunión con Pipo Ferreiro y el doctor Machados y nos pusimos de acuerdo. A principios de 1984, me compró el Gallo junto con Carlos Mercado”.
Asimismo, jugó en Ituzaingó y Excursionitas. “Después de haberle comprado mi propio pase a Morón, pase a Ituzaingó, donde se estaba armando un equipo con intenciones de ascender. Posteriormente, se pudo lograr el objetivo y jugué un año en la Primera B. Más adelante, arreglé con Excursio. Ahí, estuve un año y medio”, admitió.
Por otra parte, indicó: “Ya a comienzos del 91 estuve tres meses en General Villegas. Un año más tarde, parti a Chivilcoy, donde anduve en varios clubes de esa ciudad. Posteriormente, un muchacho que había jugado conmigo me propuso que vaya a Central Ballester. Primero, le dije que no, porque ya me costaba entrenar con 36 años. Pero luego me convenció para disputar un partido amistoso para ese club. Ahí, Erreros, uno de los ayudantes de campo que tenía el DT del elenco canalla me terminó convenciendo para que jugué ahí. Jugué cinco o seis partidos y no fui más. Porque me habían prometido viáticos y premio, pero nunca cobré nada. A parte, la campaña no era buena. Así que decidí dar un paso al costado”.
A su vez, dijo que “en la actualidad, estoy viviendo en Santa Fé. De vez en cuando, dirijo algún equipo de la Liga Santafesina y por ahí llevo un chico a probar a un club de Buenos Aires”.