Desde Rivera REDACCIÓN DIGITAL. Eduardo Mérica para Diario Uruguay.
No es habitual encontrar a periodistas críticos con la profesión, dispuestos a airear los trapos sucios y denunciar las rutinas tóxicas de las redacciones.
Omar Puentes lo hacía con aquellos periodistas que querían honrar esta profesión.
Y hoy que recibimos la noticia de su muerte, de nuestro maestro y mentor en los diarios montevideanos en los cuales trabajamos, y una de las últimas figuras relevantes del periodismo de Uruguay, no podemos olvidar lo que siempre nos ponía en alerta: “el periodismo ha perdido la brújula de sí mismo, de lo que es, de lo que fue y de lo que quiere ser, y de cómo quiere sobrevivir”. Con todo, animaba a los jóvenes como nosotros -a finales de los 80- a que mantuviéramos la ilusión y nos esforzáramos a abrir un hueco en un oficio cuyo futuro hoy es incierto… A pesar de todo, Omar, siempre nos alentó: EL GUSTO AL TRABAJO!!!!!!.
Como ahora que estamos escribiéndole en su partida con imágenes, como dulcemente pasan en la melodía inolvidable de John Lennon o será que… «es la vida que nos alcanza»… mezcla infinita de cariño, gratitud, respeto, miedos y notas compartidas. Sublime sensación capaz de unir en este mágico instante al hombre generoso que arroja al aire las calificaciones que nos brindaba sólo hablándonos… Por eso hoy, amamos lo mismo, disfrutamos igual, compartimos intensamente la felicidad insobornablemente ganadora de lograr la mejor nota periodística en su grandeza sin tiempo. Fruto puro del más transparente maestro que hayamos tenido. Hijo natural de una raza en extinción: la de los periodistas míticos, únicos, históricos… Como lo soñé.
LA MESA CHICA DE OMAR PUENTES
DEL MISMO ESTABLO!!!
La llamamos Mesa Chica. Somos cuatro. Todos de tercera edad. Todos con una marca que nos distingue, clavada en el anca de la vida, impresa a plomo derretido y tinta. Hace más de medio siglo, fuimos potros diferentes, pero del mismo establo. Negro Reyes gran periodista de turf, Guillermo Bregante, excelente fotógrafo, el Chueco Degiovanangelo, tipógrafo de lujo y yo notero de deportes. Todos pasionales, con olor a prensa, con el ruido a rotativa estampado en la memoria, pero lo más importante, conjugamos, desde nuestras viejas posiciones, amistad, sentimiento, amalgama de vida.
Nos cuesta reunirnos, aunque lo pretendemos siempre. Es que la vida, en estos años, va poniendo algunas barreras, propias o ajenas, que enlentecen el impulso que finalmente se fortalece con un apretado abrazo, que lleva un claro y profundo mensaje de cariño. Un casi silencioso “te quiero” o “te extrañé”, tiene un valor incalculable, que ni siquiera en Wall Street se podría cotizar.
Nos vemos y reverdece la vida, olvidamos algún achaque, navegamos exquisitos recuerdos, anécdotas que mantienen encendido el fuego sagrado de haber transitado por el mismo sendero, porque entendemos como conjugar el compañerismo, cimiente de una extensa y soberbia relación.
Nos hacemos bien, nos revitalizamos en cada encuentro. Así será, hasta que el destino lo disponga.
GRACIAS, MESA CHICA!!!