Desde Rivera Roberto Beto Araújo para FM FUTBOL.
La integración del futbol nacional, ya está, no jodan más.
Y sin jactancia aunque no está mal jactarse cuando la jactancia se justifica, la integración la inventamos nosotros; o sea no la inventamos porque en verdad se venía chamullando hacía años, y no como una genialidad uruguaya, sino porque todo el mundo andaba en lo mismo, pero si no la inventamos literalmente, bien que la forzamos nosotros.
Y la forzamos después que vimos frustrarse la última intentona integracionista que la votamos allá por el 93 en un congreso de OFI, cuando Batalla y Lescano medio que se mandaron la patriada de aquel proyecto de las pre liguillas y las liguillas, donde como siempre fuimos pioneros.
Pues por la brecha que abrimos pasó la tropa que hoy justifica la razón de poder afirmar que la integración ya es un hecho, y de tal surte OFI ya no tiene razón de ser, y que para bien del futbol debe definitivamente desaparecer.
Y cuando vimos que se iba al carajo, y se iba al carajo no por lo del centralismo avasallador de montevideano, que lo hay por cierto, pero no es el caso, sino que por la cobardía del futbol del interior que no se animaba a competir, así de fácil.
Y por eso salimos nosotros a sacar la cara por el futbol de extramuros; y en eso nos preparamos la peleamos y les ganamos, porque con altibajos al fin nos fue bien, guste a quien guste, caliente a quien caliente , es deber admitir y reconocer que nos fue bien.
Porque hoy la OFI no solo no sirve pa nada, sino que en verdad nos avergüenza y expone.
Nos fue bien en el 95 en la liguilla, nos fue bien en el 97, en el 98 ni hablar, y nos fue bien en el 99 y también en el 2000 a pesar de los pesares; porque a tal punto nos fue bien, que tuvieron que hacer trampa para sacarnos del medio, que si no nos sacan, hasta ahora andábamos trillando y nos habíamos morfado a tuitos.
Y ojo, que la trampa no fue idea montevideana, no señor para nada, la trampa fue orquestada, planificada y ejecutada con gente de acá mismo, y todos sabemos bien como fue esa historia.
Pero si con trampa pudieron sacarnos de arriba (por algún tiempito nomás, pues seguimos en lucha) ya para entonces la integración era un hecho irreversible, y del plato que servimos nosotros comió todo el interior, orgullo nuestro al decirlo y reivindicarlo.
Porque a no olvidar que todos los demás vinieron después, y hoy tal cual lo vaticinamos por aquellos tiempos, varios trofeos galardonan las estanterías de clubes del interior.
Rocha, Plaza, Cerro Largo, Plaza de nuevo y ahora el Depo, aquel al que doblegamos en el Viera y hoy puntea en solitario, como olvidarlo.
Hoy, ya diez departamentos del interior están en plena competencia en el futbol nacional, con disimiles suertes, pero en carrera ¡si señor….!
Y eso lo inventamos nosotros, no podemos obviarlo, porque antes que nadie, y cuando nadie se animaba, fuimos nosotros los que nos subimos a un ómnibus y fuimos a probarnos, porque nos carcomía la duda de saber, qué toro era más toro en la topada.
Por eso es que hoy reivindicamos el derecho que nos confiere la hidalguía de haber dado la pelea cuando todos flaqueaban.
Pues por la brecha que abrimos pasó la tropa que hoy justifica la razón de poder afirmar que la integración ya es un hecho, y de tal surte OFI ya no tiene razón de ser, y que para bien del futbol debe definitivamente desaparecer.
Porque hoy la OFI no solo no sirve pa nada, sino que en verdad nos avergüenza y expone.
Porque no se justifica armar una mega estructura, pesada y costosa, solo para jugar un campeonato que en el Mundo no se juega desde la década de los sesenta.
En fin la integración ya es un hecho y no hay más que joder, y no se justifica intentar mantener una organización que no sirve para nada, y que solo con existir nos denigra pues nos institucionalizamos como ciudadanos de segunda categoría.
Los clubes todos, desde Bella Unión al Cerro, de Charqueada hasta Algorta, deben pasar a integrar los cuadros de la AUF, sin intermediarios y componer ahí sí una estructura que mediante mecanismos de eliminaciones regionales (como en todo el mundo) se involucren en la disputa, sin necesidad de intermediarios como dije, que como todo intermediario lo único que hacen es lucrar con el esfuerzo ajeno.
Yo tenía una tía, la tía Teresa, que en verdad no era tía, pero la llamábamos de tía porque como no tenía hijos (quizás por aquello que a quien Dios no le da hijos, el diablo le regala sobrinos), todos la llamábamos de tía, pues la Tia tenía un novio que nunca apareció, hasta dicen algunos que en verdad nunca existió, que era fruto de los temores moralistas de la Tía que juraba haberse comprometido con un tal fulano, y que como mujer honesta que se decía ser, habría de honrar ese compromiso hasta la muerte, y se murió nomas de vieja, y sin novio ni marido,; allá ella con su honestidad, pero para mí quedó apenas el recuerdo de un figurín que hipotecó el derecho y deber de amar, por el capricho obsesivo de mantener un compromiso que por falta de fundamento con el tiempo perdió la razón de ser.
No sé porque el futbol del interior (el de OFI) me recuerda a mi tia Teresa, la que ocultaba su cobardía detrás un perimido criterio de honestidad mal entendida.
Acá todos somos uruguayos, acá hay una federación, una asociación que es la AUF y es la única que nos une, pese a sus defectos y baches, y en la AUF debemos estar todos, sin querer inventar la dinamita, porque la dinamita hace años que ya fue inventada, y sin buscarle pelos a la lengua ni la quinta patas al gato, insistiendo en una organización que hace ratos debiera estar en los polvorientos pasadizos de un museo.
He dicho!!!