URUGUAY ENTERO DE COLECCION/Desde Montevideo/Eduardo Mérica para FMFUTBOL.COM
Una tarde ventosa, fría, del mes de mayo de 1944. Cuatro jóvenes hombres. Hablan, proponen, planifican, toman café. Los envuelve el entusiasmo casi emocionado de estar fundando una ilusión, propia, ríen, están felices. De repente, alguien se para. Uno de ellos comienza a correr alrededor de los tres restantes que están parados en la esquina de Agraciada y Santa Fé. Es Bruno Wilman, al fin el elegido. Para utilizar su apellido y así bautizar con ese nombre al club. Los otros tres: Héctor Codevilla, Nelson Barlocco y Roberto García, lo siguen, entre gritos y risas, se organiza entonces el nacimiento del CLUB DEPORTIVO Y SOCIAL WILMAN. Se abrazan, saludan a las paredes, y creen…
«La HISTORIA deportiva del Club Wilman en el viejo barrio Arroyo Seco merece que se le mire con la debida atención. Ella encierra un montón grande de esfuerzos realizados por gente que permaneciendo en el anonimato ha hecho mucho por el deporte amateur de nuestro medio, con un afán desinteresado y altruista que le otorga más significación a su ejemplarizante labor.
A poco de su fundación ya se hicieron conocer deportivamente, cosechando una serie de impresionantes triunfos en partidos con clubes similares. Wilman, en 1947, se afilia a la Liga Montevideo y disputa un campeonato nocturno en el field de Bella Vista. Luego ingresaron a la Liga Montevideana Amateur donde en tres años de militancia ganaron dos campeonatos y un vicecampeonato. Después salieron campeones en un torneo disputado en su barrio: Arroyo Seco, y siguieron ganando partidos y cosechando amigos en todos los barrios de la ciudad. A raíz de ello los wilmanenses adoptaron una frase: «lo lindo del fútbol amateur es la cantidad de amigos que este deporte posibilita hacer… Ganando o perdiendo siempre hemos traído al club la satisfacción de haber hecho obra de acercamiento entre jóvenes deportistas»
Para entender un poquito de qué se trata esto de ser fanático del Wilman es necesario escuchar a sus hinchas en aquello que fue algo así como un «sueño grande y realidad chica». Por ejemplo, Carlos Porres casi nitidamente recuerda: «De chico lo que más me gustaba era jugar al fútbol en la calle. Los días favoritos eran, mi cumpleaños y las fiestas de fin de año, porque tiraba muchas bombas. Y me gustaba mucho ir al club Wilman a ver televisión a las 17.00 horas, para mirar Pilán (el mismo que daba el ejemplo bebiendo un gran vaso de leche, ritual que era precedido por una frase que perduró por generaciones. «Arriba, abajo, al centro y adentro), porque en casa no tenía televisión. Y bueno hoy con ésto, lo que me provoca es mucha nostalgia y ver lo rápido que pasa el tiempo y no poder estar rodeado de muchos amigos que al día de hoy han fallecido».
LA ADUANA DEL WILMAN
Es verdad también, aquellos inolvidables tiempos que marcaron al Wilman ya son parte del pasado. Y por más que se lo revuelva no habrá forma de volver atrás. Lo cierto es que investigando a fondo como nos propusimos hemos descubierto otra data interesante:
«Desde 1961 el Club D. S. Wilman empezó a militar en la Liga Guruyú de Fútbol donde se sintieron muy a gusto, por la cordialidad y camaradería que reina entre quienes la componen. Creemos que el Concejo Departamental de Montevideo atenderá nuestro reclamo y se le brindará a la Liga Guruyú las comodidades imprescindibles para que podamos hacer deporte sin que ello encierre una posible amenaza para la salud de nuestros muchachos.
Necesitamos que se dote a la cancha del Barrio Olímpico de los vestuarios indispensables, condiciones hasta indispensables, condicionándola para el usufructo que se le da», tal el reclamo de la época por parte de la dirigencia de Wilman».
Como si fuera poco, mucha plata no había, pero existía una ilusión que movía montañas. Y eso, al fin y al cabo, es lo más importante. Fue así que Wilman tuvo argumentos para mantener la vieja estirpe y empezar a escribir su propia historia. Humilde, sí. Apremiante, también por momentos… Pero es de uno y, muchas veces, lo propio tiene un sabor especial cuando se logra a través de la pasión y el sacrificio.
CRONICAS DEL WILMAN & ARROYO SECO
El mayor tesoro del barrio: la iglesia de Tapes cumple 125 años
1119: el autor del libro “Un desastre Ambiental”, se crió en la espléndida proa de Arroyo Seco
1119: De Puertas Abiertas. Historia de la calle Entre Ríos, en el barrio Arroyo Seco
La denominación de Arroyo Seco, data de 1756
El Arroyo Seco y su vínculo con el Río de la Plata
Las fuentes de la Aguada, ¿dónde se ubican?
Don José Cea, padre del célebre vasco Cea, en Arroyo Seco
¿Dónde está el Castillo de Entre Ríos y Agraciada?
Un velódromo metido en una quinta de familia
La casa de los Pérez, en Agraciada y San Fructuoso
Hasta hoy se niega que hubo un Arroyo
Bienvenido a tu barrio virtual