LA OFI REAL /Desde Tacuarembó de los Enviados Especiales de FMFUTBOL.COM
La verdad: Hoy como está la OFI, uno puede acercarse a ella por curiosidad o necesidad. La primera aproximación confirmará la teoría de que pequeños gigantes fueron capaces -en el pasado- de trenzarse en batallas de sangre y fuego contra la mentirosa Asociación Uruguaya de Fútbol. La otra obedecerá a la obligación de que el Congreso exiga al gobierno de OFI las cuentas claras con la AUF, y su deuda imponente que no está documentada… Si habrá desconocimiento en el interior de lo que pasa en la OFI, que el anfitrión, Tacuarembó, ha declarado de interés social este 78º Congreso de la Organización del Fútbol del Interior.
Aunque nuestra primera fuente tacuaremboense nos haya puesto en el lugar con el detalle del cual nadie dice una sola palabra: «Lo que no es de interés social es el inciso 2 del art. 7 de la ley 19828 que obliga el título de entrenador. Ese artículo es de interés de Conmebol y el Gremio de Entrenadores pero atenta contra el espíritu del fútbol amateur». Y tal vez esto ayude a una toma de conciencia de todos los delegados presentes en esta jornada de sábado 14 de setiembre de 2024, para que la charla corporativa suene a confesión. Por acá desde ayer viernes ya está instalado en el club Tacuarembó frente a la Plaza Colón un equipo periodístico de DIARIO URUGUAY y FMFUTBOL, en este tiempo de glorias pasadas, porque la estampa de la OFI está borrada…
LA OFI DE HOY NO ESTÁ PARA BAILAR
ENTREMOS AL CLUB TACUAREMBO
Pero antes como siempre lo hemos hecho en cada pueblo que hemos estado nos gusta recostarnos en la nostalgia con alguien que conoce como nadie la historia de este club, y recuerdo al Dr. José Gómez Lagos cuando a pesar de los años es capaz de recrearnos el disfrute de las mieles de la institución que hoy visitamos después de tanto esfuerzo:
«Después de cuatro años de peregrinar, finalmente el Club pudo adquirir la sede propia. Casi cien años han pasado desde entonces. Nueva ubicación, nuevo entorno, nuevo recomenzar.
En aquellos años, comenzando por calle 25 de Agosto -desde Gral. Flores- nos sorprendería la célebre Casa Testa, que comenzó en mitad de cuadra con Almacén La Palma, pero progresivamente fue diversificando los rubros y extendiendo significativamente su local.
AHORA LOS CONGRESOS DE LA OFI SON DE ROMPE Y RAJA COMO EN TACUAREMBÓ
Continuando por la misma acera, en la esquina de 18 de Julio, encontraríamos Tienda Casa Palma (de los hermanos Julio y Jaime Montaner), que hacía cruz con la farmacia de Bernardo Sánchez (al fondo, actual ubicación de Farmacia Nueva). Prosiguiendo por 25 de Agosto, frente a la Plaza Cristóbal Colón, el «Garage» de autos de alquiler de José Castro (Castro & Cassou), fundador de «La Voz del Chofer», posteriormente de «La Voz del Pueblo». Todavía no estaba el Cine Artigas, que se instalaría poco después (actual inmueble de ANDA). Más adelante, en intersección con 25 de Mayo, se destacaba la Casa y Tienda Sarandí de Ganón y Taranto, después de hermanos Mazz.
Atravesando diagonalmente la siempre cautivante Plaza Colón, esperaba una de las maravillas de la ciudad, el formidable edificio de dos plantas construido por Victor Presa, contemporáneamente Radio Zorrilla de San Martin. Enfrente, el Surtidor de Nafta del comercio de Israel Antunes. Su próspera «Casa Antunes», siempre en la misma ubicación, todavía tendría que esperar algunos años para estrenar el local que en nuestros días reelecto, asumió como presidente titular del nuevo período, acompañado por el Esc. Alfredo Landó Tiscomia como secretario.
Pocos meses después, el de Julie y Plaza Colón aporte extraordinario y voluntario de Tacuarembó, R.O.U. CASA ALFONSO dica al Banco Itaú. Lindera a Tienda Antunes, por 18 de Julio, Farmacia El Sol, de Carlos Segundo Escayola. Algunos metros después, la casa del Dr. Ivo Ferreira Bueno. Entre ambas, la antigua casona propiedad del Dr. Alberto Moroy (antes sucesión de José López), que acababa de ser adquirida por Club Tacuarembó (Padrón 584, Moroy tenía parte). Hasta entonces, era Sede de la Departamental Nacionalista. Enfrente, la siempre distinta Plaza Colón, en otra área a escondidas socios, permitió adquirir una Ortofónica marca Victor (Victrola). Simultáneamente, por la sostenida y plausible colaboración extra, también se concretó una importante adquisición de libros.
En el penúltimo mes de 1928, el presidente saliente (Barragué), que próximamente asumiría la Dirección del Hospital de Tacuarembó (cumpliendo lapso de treinta y cinco años), fue relevado en la presidencia por quien fuera el primer director del referido Hospital, Dr. Luis María Castagnetto (acompañado en Secretaría por el Esc. Alfredo Landó Tisda entre sauces de laguna propia y de comia). Antes de terminar el año, los alrededores. Solano Ríos, socio fundador del Club -Director de «El Nacional», posteriormente de «El Pueblo»- ha definido al inmueble como «antiguo caserón». Como podremos intuir, requería diversas reformas para su adaptación al nuevo destino, que estuvieron a cargo del constructor Juan Bemasconi, de Euclides Santos en carpintería y la instalación eléctrica de Victorio Viarengo. Además, sin desatender urgencias pendientes, se necesitaban nuevos recursos para el mobiliario.
El lunes 10 de octubre de 1925, presididos por el Dr. Alberto Barragué (nacido en Buenos Aires, médico domiciliado en nuestra ciudad desde 1918) se celebró el cuarto aniversario del Club, nada menos que con la inauguración de la sede propia. En ese día histórico, una exitosa Kermesse, fue la fuente prodigiosa para los recursos del nuevo mobiliario. Con las elecciones de octubre de 1926, el Dr. Alberto Juan Barragué Berger (futuro diputado), cesó en el interinato presidencial.
Al resultar el bibliotecario Dr. Pedro Anastasia (veterinario, director del periódico «La Idea» y posteriormente de «El Ideal»), propuso y se acordó, un sistema de compra en cuotas mensuales a «El Palacio del Libro». También se decidió la suscripción a «La Prensa» de Buenos Aires, Revista «Para TI», Revistas «El Hogar», «Atlántida», «El Gráfico», «La Pluma» y Revista española «La Esfera».
La cultura se regodeaba con las buenas nuevas de cada día. El ejercicio presidido por Castagnetto, sobresalió con dos recitales que reafirmaron el proceso de integración y elevación cultural; uno poético, del declamador Gualberto Vitureira y el otro de guitarra, del extraordinario compositor e intérprete paraguayo, Agustín Barrios. Merced a las buenas condiciones de nuestro país para el desarrollo cultural, Barrios encontró el ámbito adecuado para completar y perfeccionar su excelente formación musical. El Club tuvo la gloria de haber presentado en su recinto, uno de los más trascendentes recitales de su historia».
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