La directiva de Salto Nuevo FC está gestionando la devolución por parte de la Intendencia del gimnasio Arnoldo Bernasconi, construido con fondos propios en el año 1972, donde se ubicaba el Vivero Municipal, y que en el año 1981 durante la dictadura militar se le expropió, sin tener en cuenta derechos de propiedad, sin cumplir normales legales y sin autorización de la Junta Departamental de Salto.
En la actualidad Salto Nuevo ha solicitado la devolución del inmueble y esperan por una resolución de la Junta. Elsio Felix, Luis Suetta, Gianni Rodríguez, Luis A. Samit y Roberto Fioritti Batllista explicaron a CAMBIO cómo se ha fueron dando las etapas de adquisición de terreno, compra y obras, antes de que se quedaran sin el gimnasio.
1 MILLLON DE PESOS Y 90 MIL DÓLARES
“En aquel momento se maquilló con que ‘Salto Nuevo devolvía’ el predio del Vivero Municipal, que nosotros en realidad habíamos comprado en un millón de pesos. Tenemos todos los documentos y existen los expedientes municipales. En 1969 la Junta autoriza la compra en el gobierno de Ramón Vinci y en periodo de Néstor Minutti, en 1971, se consolida. Luego se presentó presupuesto a la empresa de Eladio Dieste, que fue de entre 80 y 90 mil dólares para tres etapas. Lo pagamos con fondos propios, no tuvimos ni convenios con el Estado ni ayudas de ningún tipo; fue una obra barrial, hicimos rifas, aportes de socios, bailes, desfiles de carnaval por avenida Solari. Sorteamos tres camionetas Serranas 0Km y cuatro Ford Escorts. La octava rifa en el año 1976 el intendente Guillermo de Nava la prohibió”, explicaron.
“Habíamos cedido una parte para la construcción del Liceo Zona Sur, que hoy funciona como Liceo Nº4. Teníamos los proyectos para canchas de fútbol, el estadio, cancha de baby fútbol donde está hoy, canchas de vóley, de tenis, etc. La expropiación no pasó por la Junta, fue por decreto y lo maquillaron con el ‘convenio’. Salto Nuevo hasta ese entonces había abonado la totalidad de los adelantos de la obra y De Nava justificó la decisión por una deuda de Salto Nuevo de 15 jornales de la empresa de Dieste y Montañez, lo atestiguó Clodomiro Arambillete, un directivo del club que era funcionario de la Intendencia”.
Salto Nuevo había levantado los pilares, construido el piso y el techo del gimnasio. Cuando pasó a manos del Estado quedaron también adentro materiales, portland, ladrillos, varillas, muchas cosas. “Se quedaron con todo”. En 1985 con la salida del gobierno de facto y la presidencia democrático de Julio María Sanguinetti, se terminó de construir la obra, mucho de ello con los materiales de Salto Nuevo que habían quedado dentro del gimnasio.
“LA DICTADURA NOS ROBÓ”
“Nosotros decimos las cosas como son. La dictadura nos robó y lo que nosotros reclamamos es nuestro, con documentos”, se enfatizó luego de exponer diferentes expedientes.
A partir de allí comenzó la época de los comodatos. En el gobierno de Ramón Fonticiella se estableció el primero y el segundo, luego también en los de Germán Coutinho y en los de Andrés Lima, el último va hasta octubre de 2024. Desde el año pasado se está gestionando la devolución, con anuencia de Lima, pero hay un sector de ediles que está frenando el proceso, razón por la cual aún no se notó, según los dirigentes.
“En los comodatos hemos hecho además del mantenimiento, todo tipo de mejoras sin ningún tipo de subvención desde 2018. Hemos sufrido robos, gente que ha ocupado el gimnasio y que ha sido muy difícil de desalojar, los ‘inundados’, que incluso hacían fuego en el parquet”.
La votación a nivel de la Junta Departamental tiene una carátula de “donación” del gimnasio a Salto Nuevo. “A esta altura no nos importa el nombre que le pongan, sino que nos devuelvan lo que es nuestro”, dijeron los dirigentes, que esperan pacientemente la derivación de sus gestiones.
Fuente: Diario Cambio